14 de agosto de 2008

El electricista que se tiró a la pileta

El Comité Olímpico Internacional hace invitaciones a nadadores de varios países para promover el deporte e incluirlos en un calendario competitivo. Cada nación recibe, al menos, una invitación de este estilo. Entonces, es así como uno puede ir a ver una jornada de preliminares de un Juego Olímpico al “Cubo de Agua”, el mismo escenario donde Phelps continúa haciendo historia, y encontrarse con personajes muy simpáticos que bien podrían estar en cualquier pileta de un club, un domingo por la tarde, ensayando su crawl de manera defectuosa.

Durante la segunda serie de los 50 metros libre de la jornada de hoy, el representante de la República Democrática del Congo, Stany Kempompo, sorprendió a un colmado estadio cuando empleó 35s19/100 para completar el largo de la pileta. Claramente, fue último en su serie y también en la clasificación final (en el puesto 97°). El ganador de la general, el francés Amaury Leveaux, hizo esos mismos cincuenta metros utilizando catorce segundos menos. La diferencia de catorce segundos en un recorrido de cincuenta metros es abismal.

Al ver las brazadas de Kempompo fue inevitable el recuerdo de Eric Moussambani, el nadador de Guinea Ecuatorial que luchó para no hundirse en las series de 100m libre en Sydney 2000. Lo curioso de aquel episodio fue que los rivales de Moussambani partieron en falso, por lo que el entusiasta nadador ganó su serie con el bochornoso tiempo de 1m 52s 72/100. En Pekín, Kempompo no tuvo esa suerte.

El Moussambani de 2008 ocupó el primer carril de la piscina. Su desfachatada forma de caminar y su tiempo de clasificación con el que entró a los Juegos obligaron a detener la mirada en él ni bien apareció en escena. Ni hablar de su contextura física, que lo asemejaban más a un oficinista que a un nadador.

Durante la rigurosa ceremonia que hacen los nadadores para subir el peldaño, esperar la primera señal y luego prepararse para la partida antes de la chicharra, Kempompo fue un show. Todo el tiempo observó a sus competidores para saber cómo debía proceder sin romper el protocolo. Dudó en pararse y cuando se dio cuenta que todos seguían aún sentados se echó atrás. Su posición para esperar la largada fue poco ortodoxa.

En un pausado inglés, Kempompo, de 32 años, dijo que se sorprendió cuando recibió la aceptación para competir en Pekín. “Desde el COI llegó la notificación diciendo que había calificado”, contó el africano, que en su país natal es una suerte de electricista… “La gente me llama cuando tienen inconvenientes con sus electrodomésticos”. Cuando lanacion.com le consultó por sus 35 segundos, se lamentó. “Me hubiera gustado hacer 25″, explicó… Así como suena.

Publicado en La Nación, 14 de a gusto de 2008

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