30 de junio de 2009

Hallan al ancestro más antiguo de los elefantes


Con apenas 5 kilos de peso, el Eritherium azzouzorum tenía el aspecto de un conejo pero, según investigadores del Museo de Historia Natural de París, fue el ancestro más antiguo de los elefantes modernos.

Para comprobarlo, analizaron al detalle unos fósiles hallados en Africa: dientes, mandíbula y cabeza, que corroboraron esa idea. Emmanuel Gheerbrant, director de la investigación, confirmó que esos restos muestran que los antecesores de los elefantes estaban en pleno proceso evolutivo cinco millones de años después de la desaparición de los dinosaurios.Esa argumentación contrasta con lo que se cree hasta ahora, que muchos de los animales modernos tuvieron sus orígenes antes de la extinción de los parientes del Tiranosaurus rex. Los datos del museo revelan que Eritherium vivió hace 60 millones de años, en Africa, 5 millones después de una catástrofe global que marcó el fin de la era de los grandes reptiles.

En tanto, científicos indonesios tienen otras novedades sobre los elefantes: están reconstruyendo el esqueleto más grande y completo de un ejemplar prehistórico que se haya encontrado en zona tropical. Se cree que quedó sumergido en arena movediza poco después de morir en el lecho de un río, en Java, hace unos 200.000 años.

Sus huesos, conservados casi en estado ideal, aparecieron en marzo al colapsar un arenal durante las lluvias de temporada. El animal tenía unos cuatro metros de alto, cinco metros de largo y más de 10 toneladas de peso, dimensiones más cercanas a la del mamut lanudo del mismo período que a las del elefante asiático moderno. Los fósiles son raros en los climas ecuatoriales húmedos y cálidos porque la descomposición es muy rápida. Tras un mes de excavaciones, un equipo de siete paleontólogos del Museo Geológico en Bandung, Java Occidental, envolvieron los huesos en yeso para el viaje a su laboratorio, donde se realizará la ardua tarea de reconstitución. "La forma de sus dientes indica que era un elefante muy primitivo'', pero aparte de eso es muy poco lo que se ha podido verificar, dijo el paleontólogo Fachroel Aziz, jefe de la reconstrucción.

http://www.clarin.com/diario/2009/06/30/sociedad/s-01949235.htm

24 de junio de 2009

El Precursor

Así como la Iglesia celebra el nacimiento de Jesús, también celebra el de Juan, hijo de Isabel (prima de la Virgen María) y de Zacarías. Juan es llamado llamado “el Bautista” y “el Precursor”. La fecha de la festividad del natalicio de Juan se fijó el 24 de junio. Juan Bautista es el único santo del cual la Iglesia celebra su nacimiento.

Dijo Jesús sobre Juan: “Éste es de quien está escrito: 'He aquí que envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino'. "Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él." (Lc 7: 27, 28). Palabra de Dios.

Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto “el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filippo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo del sumo sacerdote Anás y Caifás”.

Juan Bautista se definió a sí mismo como «voz que clama en el desierto: "rectificad los caminos del Señor"» (Juan 1:23), con lo cual cumplía expresamente una profecía de Isaías (Mateo 3:1-4, Lucas 3:4-6, Isaías 40:3-5). Marcos 1:1-4 une a ésta el cumplimiento de otra profecía, de Malaquias 3:1.

Antes de la muerte de Jesús, hacia el año 30, fue encarcelado y decapitado por orden de Herodes Antipas en la fortaleza de Maqueronte. Este dato es mencionado tanto por Flavio Josefo (Ant., XVIII, v, 2) como por los Evangelios de Marcos 6:16-29 y Mateo 14:3-12.

La Iglesia Católica celebra su fiesta principal el 24 de junio (seis meses antes de Navidad, ya que el evangelio cuenta que su madre Santa Isabel estaba de seis meses cuando el ángel anunció a su prima María que sería madre del Mesías).
A diferencia de todos los santos, San Juan Bautista es el único que tiene dos celebraciones en la Liturgia: el día de su nacimiento y el de su muerte; los demás sólo el día de su muerte. Así, el 29 de agosto es la conmemoración de El Martirio de San Juan.

21 de junio de 2009

Año nuevo aymara 5517 en milenaria ciudadela de Tiwanaku

Miles de personas recibieron este 21 de junio los primeros rayos del Tata Inti (dios Sol) en la ciudadela de Tiwanaku, en coincidencia con la celebración del solsticio de invierno austral, que marca el inicio del año nuevo aymara 5517.

La ceremonia se realizó en el templete de Kalasasaya, con la presencia de los 'kallaguayas' o chamanes, 'achachilas' y 'amautas' o sabios indígenas, y miles de aymaras y quechuas, además de un puñado de turistas en su mayoría europeos.
Previamente los 'amautas' levantaron una pira donde depositaron una 'mesa' (ofrenda al Tata Inti, dios sol) para recoger los favores para una buena cosecha y pedir paz y prosperidad para el país y sabiduría para el presidente de Bolivia Evo Morales, originario de la etnia aymara.
Una ofrenda de incienso y copal recibió los primeros rayos del sol, a las 07 horas 15 minutos locales (11 horas 15 minutos GMT) en los 3.800 m de altitud en Tiwanaku o Tihuanaco, mientras el fuego de la fogata desafiaba el intenso frío de la pampa andina.

Horas antes, los aymaras ofrendaron también una "wajtha" (tributo) a la 'Pachamama' (madre Tierra) en el cierre del año viejo. El 'mallku' ('dignidad', en aymara) entregó luego una ofrenda consistente en coca (la hoja sagrada andina), licores, dulces, incienso y copal.

El ritual de despedida del año viejo 5516 y advenimiento del nuevo 5517 comenzó la mañana del sábado en la colina de Kimsachaca, se extendió en la noche al cerro de Lloco Lloco y concluyó con la llegada del solsticio de invierno este domingo en el campo de Kalasasaya.
El solsticio de invierno es visto como el momento en que se reinicia el acercamiento del Sol a la Tierra, así como el inicio de un nuevo ciclo agrícola.


El cálculo del año 5517 es la suma de los cinco ciclos -cada uno de mil años- de historia social de los pueblos originarios hasta que Cristóbal Colón llegó a América en 1492. Esos 5000 años más los 517 desde el arribo de los españoles, dan los 5517, según la interpretación popular de los indígenas.

La cultura Tiwanaku, cerca al lago Titicaca, de 1580 aC al 1172 dC formó un Estado poderoso y estuvo poblada por unas 40.000 personas.
La urbe prehispánica de Tiwanaku fue la capital de un extenso Estado andino que comprendía la parte occidental de Bolivia, el noreste argentino y la costa litoral de Chile, desde Copiapó hacia el norte del desierto de Atacama.
La capital de este imperio --que extendió sus dominios físicos a alrededor de 600.000 km2-- es Tiwanaku, llamada también Taipikala.

ver también en este blog: En Stonehenge, una multitud festejó la llegada del verano en el hemisferio norte.

10 de junio de 2009

10 de junio, Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Sector Antártico e Islas del Atlántico Sur

La soberanía argentina sobre las Islas Malvinas no es un capricho ni una mera cuestión geográfica, sino que tiene su origen en el derecho español sobre los territorios americanos, y se hereda con nuestra Independencia.


Durante el siglo XVI, tras la llegada de los europeos a América, las Bulas Papales establecían los derechos de España sobre los territorios descubiertos, y le adjudicaban "todas aquellas islas y tierras firmes, encontradas y por encontrarse, descubiertas y que se descubran, hacia el occidente y hacia el mediodía", imaginando y trazando una línea que se fijaba a cien leguas de la isla septentrional de las Azores. Como las Islas Malvinas se hallan incluidas en la zona descripta, "España no necesitaba descubrir las islas para tener sobre ellas pleno derecho, cualquiera que fuese el descubridor". A pesar de ello, es igualmente un español quien las descubre en el año 1520, cuando una de las naves de la expedición de Magallanes, comandada por Don Esteban Gómez, las avista de regreso a España.

Recién 72 años después un marino inglés (John Davis) las divisa, pero la cartografía inglesa de la época no las registra.

En 1670, por medio del Tratado de Madrid se acuerda que Gran Bretaña conservaría todas las tierras, islas, colonias y dominios que poseyere en América del Norte, mientras que en contrapartida los súbditos de Gran Bretaña no dirigirían su comercio ni navegarían a los puertos o lugares que el Rey Católico tenía en América del Sur, ni comerciarían con ellos.
Un nuevo foco de disputa nace el 6 de febrero de 1690, cuando el Capitán inglés Strong, arrastrada su nave por una tormenta, se refugió en el estrecho que divide las islas. Él fue quien por primera vez las llamó "Falkland".

Al firmarse en 1713 el Tratado de Ultrech, que daba fin a la guerra de Sucesión entre Inglaterra y España, los británicos se comprometieron a restituir al rey católico Felipe V los territorios en disputa. Así se cerró el primer capítulo de discordia.
Pero algunas décadas después, todo vuelve a empezar: en 1748, Inglaterra decide enviar una expedición a las Islas Malvinas, a lo que España lógicamente se opone. Gran Bretaña desiste entonces de su intención, implicando un reconocimiento tácito pero categórico de los derechos de España sobre las islas.

En 1764 acontece otro episodio que reafirma el derecho español sobre las Malvinas: el rey francés Luis XV autorizó una expedición a las islas, la cual creó el Puerto San Luis en la Malvina Oriental. Las islas fueron llamadas "Maluines" (de los habitantes del puerto Saint-Maló), y luego los españoles le otorgaron su actual denominación. España protestó y obtuvo el reconocimiento de sus derechos de dominio, por lo que el rey Luis XV ordenó la entrega de Puerto San Luis, pero exigiendo el previo pago de todos los gastos en que se había incurrido.

En 1765 Inglaterra envía a John Byron en una expedición clandestina, con el objeto de efectuar "mejores reconocimientos" en las islas Falkland. Enterada España de esta usurpación, expulsó a los ingleses y destruyó el fuerte que habían creado.

De allí hasta 1811, España ejerció la soberanía y administración de las Islas. La nómina de Comandantes que administraron las Malvinas en nombre de España (entre 1776 y 1810) por designación del Virreinato del Río de la Plata es la siguiente: Ramón Carassa (1777), Salvador de Medina (1779), Jacinto de Mtolaguirre (1781), Fulgencio Montemayor (1783), Agustín Figueroa (1784), Pedro de Mesa y Castro (1786), Ramón Clairac (1787), Pedro de Mesa y Castro (1788), Ramón Clairac (1789), Juan José de Elizalde (1790), Pedro Pablo Sanguineto (1791), Juan José de Elizalde (1792), Pedro Pablo Sanguineto (1793), Juan Aldana y Ortega (1794), Pedro Pablo Sanguineto (1795), Juan Aldana y Ortega (1796), Luis de Medina y Torres (1797), Francisco Xavier de Viana (1800), Ramón Fernández de Villegas (1801), Bernardo Bonavia (1803), Antonio Leal de Ibarra (1803), Bernardo Bonavia (1804), Antonio Leal de Ibarra (1805), Bernardo Bonavía (1806), J. C. Martínez (1807), Gerardo Bordas (1810) y Pablo Guillén (1810).

En 1820, Londres reconoció la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y hasta firmó con Buenos Aires un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación en 1825. En ninguno de ambos instrumentos jurídicos hizo reclamos o reservas del legado histórico de la nueva República Argentina, la cual a partir del 10 de junio de 1820 hizo efectivo el control político sobre las Islas Malvinas y otros territorios insulares en el Atlántico Sur. El 6 de noviembre de 1820 fue izada por primera vez la bandera argentina en las Islas Malvinas por el nuevo gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, como reafirmación de su derecho a las anteriores posesiones españolas.


Desde el 6 de noviembre de 1820 hasta el 3 de enero de 1833, momento de la usurpación inglesa, la Argentina tomó posesión, mantuvo y reafirmó su soberanía en el archipiélago en distintas ocasiones.

El 6 de noviembre de 1820, siguiendo instrucciones del gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, el Capitán David Jewett, comandante de la nave "Heroína", en una ceremonia de carácter formal, ratificó los propios derechos e izó la bandera nacional en Puerto Soledad, saludándola con veintiún cañonazos.
En agosto de 1823, el gobierno concedió a Jorge Pacheco el usufructo del ganado lanar salvaje que poblaba las Malvinas, pero éste, desalentado por el mal comienzo de la explotación, vendió los derechos a Luis Vernet, quien llegó en 1826 para establecerse en Puerto Soledad con su esposa, María Sáenz.
El 10 de junio de 1829, el gobernador delegado, Martín Rodríguez, instituyó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas, con sede en la isla Soledad, cuya área cubría hasta el Cabo de Hornos, en el Atlántico. Luis Vernet ejerció el cargo de gobernador desde el 29 de agosto de ese año y tuvo la tarea de aplicar los reglamentos sobre pesca de anfibios, cuya caza indiscriminada por parte de los loberos y balleneros extranjeros constituía un grave problema.

Usurpación inglesa
El gobierno inglés tenía noticias sobre el estado y población de las islas Malvinas, datos aportadas por el Capitán Fitz Roy luego de su periplo al sur, en 1829. Gran Bretaña emprendió, nuevamente, la posesión de las islas como una escala para descanso y abastecimiento en la ruta de navegación hacia Australia y Tasmania por el Cabo de Hornos o el Estrecho de Magallanes.

La invasión inglesa quedó a cargo del Capitán John James Onslow. El 2 de enero de 1833, al mando de la fragata "Clío", se lanzó al ataque de Puerto Soledad. Penetró en la bahía, donde se encontraba la goleta argentina "Sarandí", al mando del Teniente Coronel José María Pinedo, a quien comunicó las órdenes del Almirantazgo, consistentes en tomar pronta posesión de las islas. Pinedo atinó a dejar sentada una protesta formal, designó un representante y se embarcó en la goleta para regresar con su gente a Buenos Aires, donde fue sumariado por no resistirse a la usurpación. Días después, fondeó en la bahía la goleta "Beagle", cuyo comandante era Fitz Roy. La nueva situación llevó a la colonización permanente de las islas y al desmembramiento de la unidad territorial argentina. En Puerto Soledad, los ingleses hicieron uso de las instalaciones y de la mano de obra contratada por la empresa Vernet. Con el pretexto de estar bajo dominio británico, el encargado de los almacenes, William Dickson, irlandés, rechazó los vales firmados por el ex gobernador que los peones argentinos recibían como pago de salario. Además, el capataz Juan Simon, francés, junto con Mateo Brisbane, ex mayordomo de Vernet, pretendieron incrementar el trabajo del personal argentino.

Tres gauchos y cinco indios charrúas, conducidos por Antonio Rivero, se sublevaron y, luego de una corta lucha en la que murieron Brisbane, Dickson y Simon, tomaron la casa de la Comandancia el 26 de agosto de 1833. Arriaron la bandera inglesa e izaron el pabellón nacional, el cual, por casi seis meses, ondeó en Puerto Soledad.
En enero de 1834, dos embarcaciones inglesas arribaron al puerto. El Teniente de Marina Henry Smith, nombrado comandante de la isla, izó nuevamente la bandera inglesa e inició la persecución de los sublevados; de a uno, los gauchos cayeron en manos de los invasores. Rivero, solo, sin resistencia, se entregó el 18 de enero.
Los prisioneros fueron remitidos a Gran Bretaña para ser procesados. Luego, el gobierno inglés permitió su regreso, pues consideró que los hechos no habrían ocurrido en territorio de la Corona.

Mientras tanto, los sucesos sobre el desalojo argentino de Malvinas fueron puestos en conocimiento de las autoridades bonaerenses en un detallado informe presentado por Pinedo. El gobierno de Buenos Aires, encabezado por Juan Ramón Balcarce, inició el reclamo por el atropello ante el encargado de negocios británico Philip Gore y, en la Corte de Londres, el 24 de abril, el ministro plenipotenciario, Dr. Manuel Moreno, pidió una explicación oficial por la ocupación de las islas. El gobierno británico avaló la actuación de Onslow. El 17 de Junio, Moreno presentó una Memoria-Protesta impresa en inglés y francés y, a fines de ese año, difundió un folleto en inglés denominado "Observaciones sobre la ocupación por la fuerza de Malvinas por el Gobierno Británico en 1833", destinado a hacer conocer el problema entre los círculos diplomáticos europeos. Pero, en 1842, Inglaterra dio por terminada la cuestión y estableció en las islas una administración civil con un gobernador.

Luego de innumerables reclamos en el seno de las Naciones Unidas, transcurrido 149 años de reclamos y 17 de negociaciones infructuosas, el 2 de abril, fuerzas argentinas ocuparon las islas Malvinas, sobre la base de la preservación de la vida y los bienes de sus pobladores.
En represalia, el gobierno británico envió una fuerza de magnitud desusada, que expulsó a los argentinos el 14 de junio. Hoy, el conflicto de Malvinas sigue sin resolverse.