30 de julio de 2008

China duda del Speedo LZR


China no tiene claro qué traje de baño vestirán sus nadadores en el Cubo de Agua durante los próximos Juegos Olímpicos a pesar de los elogios que le han llovido al Speedo LZR y a pesar de que Nike, marca con la que tienen contrato, les ha dado la posibilidad de nadar con el traje de baño que quieran.

“Los nadadores vestirán el traje de baño con el que se sientan más cómodos durante los Juegos. Es difícil decir el Speedo LZR o no”, dijo Zhang Yadong, entrenador del equipo nacional de natación, citado hoy por la agencia Xinhua.

Xu Yanwei, que en los Juegos nadará la prueba de los 100 metros mariposa, manifestó que no ha notado una gran diferencia entre nadar con un traje de baño u otro.

En opinión de Qian Hong, campeona olímpica en los 100 mariposa en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, los revolucionarios nadadores de Speedo se ajustan mucho mejor a los cuerpos de los occidentales que al de los asiáticos.

De los 45 últimos récords que han caído últimamente 42 se los han apuntado nadadores que vestían el LZR, un traje de baño al que se atribuyen capacidades casi milagrosas para reducir la resistencia al agua o para que los nadadores mantengan más tiempo la posición más idónea en la piscina.

“El efecto del traje de baño es más sicológico que físico”, insiste Qian, que no se cree a quienes afirman que el traje de baño de Speedo pueda aumentar un dos por ciento la velocidad de los atletas en la piscina.

Nike permitirá a los nadadores chinos que lo deseen vestir la prenda que quieran, pero China no parece estar excesivamente enamorada del famoso LZR.

“Apreciamos el apoyo de Nike”, dijo Zhang, quien sin embargo recordó que los nadadores chinos rompieron varios récords nacionales vistiendo, simplemente, sus trajes de baño favoritos.

Hasta hoy, China ha ganado cuatro oros olímpicos, todos en pruebas femeninas, y según Zhang, el equipo nacional no aspira, a priori, a ganar ningún oro en Beijing, solamente a alcanzar el podio.


Ver también en este weblog El traje de baño de la discordia

21 de julio de 2008

A 2.364 años

La noche del 21 julio del año 356 a.C. el Artemision o Templo de Artemisa, una de la Siete Maravillas del mundo, ubicado en Éfeso, antigua ciudad de Jonia, en Asia Menor, se destruyó en un incendio. Lo curioso es que se conoce al incendiario que causó semejante perdida. Se trata de Eróstrato, pastor efesio que quemó el templo de Artemisa con el único objetivo de lograr la celebridad, no sólo en su tiempo, sino para la posteridad, uniendo su nombre a la destrucción de tan hermoso edificio.
El Templo contaba con con 127 impresionantes columnas de 20 metros de altura, algo descomunal para su época, y tenía esculturas de Escopas. Este templo iluminó la ciudad de Éfeso durante dos siglos.

Esa misma noche, nacía en Pella, Macedonia, Alejandro Magno. Hijo del rey Filipo II de Macedonia, fue educado en una academia, en la ciudad de Mieza. Una vez formado, Alejandro fue puesto bajo la tutela de Aristóteles, quien continuó con la educación griega que estaba recibiendo.

Cuando alrededor de veinte años después, Alejandro Magno ocupó la ciudad de Éfeso y residió en ella por un tiempo, escuchó la historia del templo de Artemisa y descubrió que había sido destruido la misma noche en que había nacido él. Al parecer fue esta coincidencia la que le impulsó a reconstruir el templo, durante el tiempo que permaneció en Éfeso instaurando un gobierno democrático. Una vez terminado, el nuevo templo (el tercero) contó con un retrato del propio Alejandro, pintado por Apeles, el más famoso pintor griego. Aunque el templo de Artemisa no recuperó jamás su pasado esplendor, al menos su antigua fama le valió una pronta reconstrucción.

A punto de cumplir los 33 años, el 30 de junio de 323 a.C., moría Alejandro en Babilonia.

Ver también en HISTORIEDADES: El Templo de Artemisa en Éfeso y Alejandro Magno y el Imperio Macedonio

12 de julio de 2008

Nuevos sitios en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO

El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebró en Québec del 2 al 10 de julio pasado su 32ª reunión, finalizó la inscripción de nuevos sitios en la Lista del Patrimonio Mundial con la adición de 19 sitios culturales y ocho sitios naturales.

Los siguientes países ingresaron este año por primera vez en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: Arabia Saudita, Papua Nueva Guinea, San Marino y Vanuatu.

La Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO tiene ahora un total de 878 sitios: 679 culturales, 174 naturales y 25 mixtos en 145 países.

11 de julio de 2008

La monarquía Inca en Argentina

Manuel Belgrano, al igual que muchos de los grandes hombres de su época, defendía el sistema de gobierno monárquico. En 1815 realizó, junto con Rivadavia, una misión en Europa, a fin de conseguir un monarca para el Río de la Plata. Realizaron gestiones para conseguir que Carlos IV autorizara a su hijo menor Francisco de Paula ser monarca de estas regiones, pero las mismas fracasaron frente a la firme oposición de Fernando VII, quien esperaba recuperar sus antiguas colonias. Decepcionado, Belgrano vuelve al Río de la Plata, y defiende una forma de gobierno monárquica, pero ahora con un monarca de origen americano, un descendiente de la antigua casa de los Incas. Sus ideas políticas las va a exponer en el Congreso de Tucumán.

Una vez declarada la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América el 9 de julio de 1816, era necesario establecer la forma de gobierno. Es necesario señalar que la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América, abarcaba un espacio mucho más amplio que la República Argentina actual, ya que concurrieron a ese Congreso diputados que representaban territorios del Alto Perú (actual Bolivia), Perú, Chile y Argentina. Los hombres de la época se movían en el espacio del Virreinato del Río de la Plata, que se extendía por territorio de las actuales Repúblicas de Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y partes de Perú, Brasil y Chile.

La Independencia se declaraba de España, sus reyes y “de toda otra dominación extranjera’’, y el acta estaba redactada en castellano, quichua y aymara. Los diputados se habían educado en la monarquía, y en esos momentos en Europa predominaba la política de la Santa Alianza, que defendía la restitución al trono de los legítimos monarcas. Tanto San Martín como Belgrano defendían la monarquía atemperada, es decir constitucional. Esta forma de gobierno garantizaría el reconocimiento de las potencias europeas, el orden interno, la unión nacional y ya que ambos eran americanistas, soñaban con establecer un Reino que abarcara toda la América del Sur, o al menos los territorios que pertenecieron a los Virreinatos del Perú y Río de la Plata.

San Martín, como Gobernador Intendente de Cuyo, a través de los diputados de esas provincias, tales como Narciso Laprida y Tomás Godoy Cruz, presionó para la declaración de la Independencia, a fin de poder llevar a cabo su epopeya libertadora de Chile y Perú.. Mientras que Belgrano fue invitado al Congreso para que realizara una exposición sobre el concepto que en Europa merecían las Provincias Unidas, “…y esperanzas que éstas pudieran tener de su protección”.
Belgrano, recién llegado de Europa y desilusionado frente a la coronación de un monarca europeo, propuso una monarquía atemperada, que tenía como modelo a la monarquía inglesa, con un monarca de la Casa de los Incas. Según palabras de Belgrano: “…sería la Casa de los Incas la que debería representar la Soberanía Nacional, única por que anhelo, tanto más cuanto se me ha hecho la atroz injuria de conceptuarme un traidor, que trataba de vender mi patria a otra dominación extranjera.”
El plan de Belgrano de coronar a un monarca de la dinastía de los Incas, tenía varias ventajas: se esperaba que la población indígena se plegara en forma masiva a la causa patriota en contra de los realistas, favoreciendo así la Independencia de Perú y Alto Perú, que tenían un alto porcentaje de esta población, y se esperaba concretar la unidad de la América del Sur Española.

El diputado de Catamarca, Doctor Manuel Antonio Acevedo, aceptó la moción de Belgrano, proponiendo que sea la capital la ciudad de Cuzco, tal como había sido en la época de los Incas. La ideología “arribeña” que contó con varios diputados del Interior y del Alto Perú, tales como José Severo Feliciano Malabia, de Chuquisaca, Andrés Pacheco de Melo, salteño, que vino como diputado de Tupiza, en el Alto Perú, al igual que Rivera, Castro Barros, José Ignacio Thames de Tucumán, Sánchez Loria, y otros. Sin embargo, algunos diputados altoperuanos, tales como José Mariano Serrano, de Chuquisaca, no aceptaron la idea de tener un inca como monarca, ya que eso significaba una reivindicación del sector indígena de la sociedad.
Otro opositor fue fray Justo Santa María de Oro, representante de San Juan, al igual que Narciso Laprida, sanjuanino y presidente del Congreso.

Si bien Belgrano y Pueyrredón, Director Supremo, alentaban el proyecto, al igual que Tomás Manuel de Anchorena, que pertenecían al grupo porteño, otros miembros de la delegación porteña, tales como Pedro Medrano se opusieron al proyecto, ya que no podían aceptar la posibilidad que Buenos Aires dejara de ser la capital, y perdiera la hegemonía política que había alcanzado desde la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 cuando el eje del poder político y económico se desplaza del Pacífico al Atlántico.
Finalmente triunfó la posición contraria al proyecto. Los intereses locales predominaron y se perdió la oportunidad de crear un Reino que englobara la Hispanoamérica del Sur, similar en extensión o inclusive superando al Brasil. Con el tiempo surgieron distintas repúblicas.

El candidato de los partidarios de la monarquía Inca era Juan Bautista Túpac Amaru.
Natural de Tungasuca, provincia de Tinta, hijo de Miguel Tupac Amaru y Ventura Monjarrás, hermano menor de José Gabriel, Juan Bautista habría nacido en 1747. Los dos estudiaron en casa de los Jesuitas, que habían revivido el ideario incaico. José Gabriel, "el portavoz de los indios ante los blancos", también llamado José Gabriel Condorcanqui Noguera, era quinto nieto del último Inca. Lideró la mayor sublevación de América entre 1780 y 1781, hasta que fue asesinado: su cuerpo fue destrozado por caballos y quemado en una hoguera. Juan Bautista fue apresado y encerrado en Cuzco. Confundido con asesinos y ladrones, fue incomunicado y pasó un año tratado como ellos.
En septiembre de 1783 la Corte de España ordenó al Visitador General Jorge Escobedo que impusiera la pena de muerte a los familiares de José Gabriel y que "los desterrara para que no queden restos de la infame y vil familia de los Tupac Amaru".
Nuevamente fue puesto preso junto a toda su familia. Tras cinco meses en los calabozos del Callao, fueron embarcados en "El Peruano" rumbo a Cádiz. En el viaje murió su esposa, un sobrino y la mitad de sus compañeros. En Río de Janeiro fueron sometidos durante cuatro meses a condiciones infrahumanas.

El 1 de marzo de 1785 desembarcó en Cádiz y fue conducido al Castillo de San Sebastián, donde estuvo 3 años. Luego fue enviado a Ceuta, donde estuvo encerrado 35 años. En 1813 llegó allí el padre Marcos Durán Martel, religioso agustino y revolucionario peruano, que lo ayudó a conseguir su libertad, que llegaría el 3 de agosto de 1823. Viajó a Buenos Aires, donde el Gobierno le dio un subsidio para que escribiera sus Memorias. Murió el 2 de setiembre de 1827. Fue enterrado en el cementerio de Recoleta.

9 de julio de 2008

Te Deum laudamus...

Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum patrem,
omnis terra veneratur.

El "Te Deum" es un antiguo himno que hunde sus raíces en una añeja tradición de la Iglesia, uno de los primeros himnos cristianos, tradicional de acción de gracias.

Más de 1600 años tiene este cántico. Mucho tiempo se creyó que fue compuesto por San Ambrosio de Milán para el bautismo de San Agustín. Estudios más precisos, del siglo XIX, lo atribuyen al obispo San Nicetas de Remesiana, en Serbia, hacia fines del siglo IV o principios del V, aunque algunos autores lo remontan hasta el año 252 y lo atribuyen a San Cipriano de Cartago.
Utilizado en las solemnidades litúrgicas y en innumerables acontecimientos civiles en la vida de la Iglesia y de los pueblos cristianos a lo largo de los siglos.

En algunos países como Argentina, Colombia, Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú, se realiza la ceremonia de acción de gracias, con ocasión de las fiestas nacionales de cada nación.

Presente en los momentos significativos de la historia argentina. Fueron memorables, entre muchos, antes de los sucesos de Mayo de 1810, los entonados la tarde del 14 de agosto de 1806, dando gracias al Señor por la Reconquista de Buenos Aires, y el proclamado el 19 de Julio de 1807 luego de la exitosa Defensa contra el invasor extranjero.
La Junta de Mayo, que asumió la soberanía del pueblo ante la invasión napoleónica, ordenó el Te Deum, con la mayor solemnidad posible, como uno de sus primeros actos de gobierno, lo cual se concretó en la Catedral de Buenos Aires, en ceremonia presidida por el Obispo Lué y Riega, y fue predicado por el sacerdote Doctor Diego Estanislao Zavaleta, el 30de mayo de 1810. Pocos días después, el cabildo de Luján dispuso hacer rezar, el 17 de junio, un Te Deum por la instalación “del primer gobierno patrio”.
Famosos fueron otros Te Deum conmemorativos del nacimiento de la Patria: el del Pbro. Dr. Victorio de Achega, en 1813, en la Catedral de Buenos Aires; el del Deán Funes, en la Catedral de Córdoba, el 25 de mayo de 1814; el de Fray Pantaleón García, en la misma Catedral al año siguiente; el del Pbro. Dr. Ignacio de Castro Barros, en Tucumán, el 25 de mayo de 1815. En mayo de 1816, en vísperas de la apertura de las sesiones del Congreso de Tucumán el Pbro. Manuel Acevedo pronunció el Te Deum. Luego de la declaración de la Independencia: el que precede a las deliberaciones constituyentes convocadas por Urquiza, en Santa Fe, en 1852; el que pronunció el célebre orador de Constitución, Fray Mamerto Esquiú para estimular su jura, el 9 de julio de 1853 en Catamarca; y el que conmemoró el primer centenario de la Patria, el 25 de mayo de 1910 en la Iglesia Catedral de Buenos Aires. De este modo, este cántico de alabanza y de acción de gracias, ha marcado los hitos fundamentales de nuestra historia como Nación y ha expresado el sentir común de los argentinos en momentos clave de nuestra vida política.

¿Qué expresa el Te Deum? ¿Por qué es tan significativo este himno? ¿Cuál es su valor? Expresa la actitud más noble y bella que el hombre puede tener ante Dios, que la criatura puede manifestar a su Creador, como se esclarece en su título más antiguo y sus primeras palabras: ¡Te Deum laudamus! ¡A Ti, oh Dios, te alabamos!

A Ti, oh Dios, te alabamos,
a Ti, Señor, te reconocemos.
A Ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A Ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.
En Ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

Acta de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamerica. Versión en idioma castellano y quechua.

No mucha gente sabe que en Julio de 1816, por la férrea vigencia del idioma quechua en el Noroeste Argentino y en el Alto Perú, la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica se realizó no sólo en castellano, sino también en el idioma de los Incas. Otro idioma al cual se tradujo el Acta de Independencia de nuestro país fue el aymara.

La traducción al quechua fue realizada por el congresal José Mariano Serrano en 1816. Al ser este congresal oriundo de Chuquisaca, el acta guarda un gran parentesco con el quechua que se habla en los departamentos de Potosí, Oruro, Chuquisaca y Cochabamba, en Bolivia, en la actualidad.

I. Acta de Independencia declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica. Versión parafrástica en Idioma Español.

ACTA. En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias-Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande y augusto objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los representantes sin embargo consagraron á tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones é interés que demanda la sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamáron primero, llenos del santo órden de la justicia, y uno á uno reiteráron sucesivamente su unanime y espontaneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la determinación singuiente.

DECLARACION.
Nos los representantes de las Provincias-Unidas en Sud-América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, á las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos, declaramos solemnemente á la faz de la tierra, que es voluntad unánime é indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban á los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter de una nación libre é independiente del rey Fernando 7., sus sucesores y metrópoli; quedar en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia é impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad baxo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese á quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración. Dada en la Sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.

Francisco Narciso de Laprida, diputado por San Juan, presidente.
Dr.Antonio Saenz, diputado por Buenos Ayres.


II. Acta de Independencia declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica. Versión parafrástica en idioma Quichua. Traducción al Quechua de José Mariano Serrano con la signografía empleada por el congresal en 1816.

Cai sumacc ancha camayocc San Miguel Tucmanmanta hatum llacctapi, waranccapusacc pachacc chunca socctayocc watacc ccanchis quillacc isckon ppunchaynimpi, llacctanchecc raycu cchawanancupacc Hamauttacuna hatun tantacuy, congreso nisccapi tantascca, tucui soncconcuwan, tucui yachaynincuwan unancharccancu ttaccacuynincheccta cunancama camachicquenchecc auccacunamanta:
huc similla tucuyneccpi llacctanchecc cunacc cay ruracunanta munasccancu, uyaricun, huc munaylla hinantin ruraynincuwan, yuyaynincuwan, wañuy, wañuy, wañuy munapayasccancuta sutti suttipi ricuchincu;
chaywampis, yuyaspa cay hatun simipi casccanta paycunacc, llacctancunacc, wawancunacc wawampapis cusisamin, ú chiquin, Hamautta Ranticuna alliy alliymanta huctawan huctawan cai hawa rimarccancu. Allin allinta unanchaspañari, tapuscca carccancu?
Munanquichecchu tucui llacctacuna piraycuchus Ranti canquichecc España reycunamanta ttaccacuspa, payccunac quiquin atiyninpi, camachiynimpi cquheparinancuta? Caita uycariytawan, usccay usccayta hatarispa:
munaycunnispa ccaparincuc; aswan callpayocc cai sutti munaynincu cananpaccri hucmanta hucmanta munaycu nerccancu; tucuipa yachayninman chayananpaccri cai hinata cquellccarccancu.
Ñoccaicu cai Americacc Anti suyumpi tantascca, llacctacunacc Rantin, ñoccaicuman Pacchacamaccta waccyaspa llacctaycucc sutimpi, llacctaycucc camachiynimpi hanac-pachaman cai pacha tucui llacctacunaman, tucui runacunaman soncoycucc llamppu, checcan unanchayninta, ricuchispa, rimariycu yachachiycu Muyu-pachacc ccaillampi;
sutti huc munaynillan cai tucuy llactacunacc ccasccanta, lliqquiy saccra watanasta, imawanchus yanccalla España Reycunaman watascca carccancu:
atiyninta suancunamanta ppataspari huc hatun llacta ruracunancu; paicuna quiquin cunan camachecc Rey Fernando ccanchismanta, wawancunamanta, llactanmantawan wiñaypacc ttaccascca; cairaycuri hatun sumacc atiywan sutippi cquecheparincu, imaynachus aswan allin cancca cusisamimpacc tucui imancu unanchascca, hina camachiyta paycuna quiquin maquinmanta ccocunanpacc; tucui tanta ñaupaccta, cquhepamanri hucmanta hucmanta hinata ccaparincu, yachachincu, huctawan huctawanri rincu;
caita hunttanancupaccri, ñoccaycupi chura cuspa puraccmanta watanacuncu, causaynincuwan, tiyapuynincuwan, sumac sutincuwan.
Picunamanchus yacha chicunan, yachachiscca cachun, tucuipa vincrinman chayanamanpacc; hawa llactacunacc unanchanampacri imaraycuchus ruranchecc cai sumacc checcan rurayta, sutti cquelccapi tucui churacuchum.
Congreso wasipi rurasca selloycuwan sellasca, secretarioycucc cquellccanwan callpachascca.
Cai hina juramentota tucui llacctancheccpi tiyacucc runacuna.
¿Juranquichu Pacha-camacc Apu Yayanchecc raycu santa cruz raycuwampis + ttimpurichiyta, hamachhaita, mayneccpipis camarichiyta cai Americacc Anti Suyumpi tantascca hatun llaxtacunacc ttaccacuyninta ccanchis Fernando España reymanta, wawasninmanta, llacctanmanta, tucui hawa llaccta camachecc cunamantawan?
¿Juranquichu Pacha-camacc Apu Yayancheccman, ari ninquichu llacctancheccman, atiyninraicu, camachiyninraicu tucui callpaquiwan sayariyta causainiyquita, sumacc sutiyquita, tucui imayquita chincarichinayquicamaypis?
Ari, hinatan jurani.
Hinata ruracctiyqui Pacha-camacc yanapasuchun, manari pai muchuchisuchun llaccta mamancheccri ñacasuchun.

Hamautta Antonio Saenz Buenos Ayres llacctacc rantin
F.N. Laprida San Juan llacttacc rantin



Firman el Acta:

Francisco Narciso de Laprida, Diputado por San Juan, Presidente
Mariano Boedo, Vice Presidente, Diputado por Salta
Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires
Dr. José Darragueira, Diputado por Buenos Aires
Fray Cayetano José Rodríguez, Diputado por Buenos Aires
Dr. Pedro Medrano, Diputado por Buenos Aires
Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio de Gorriti, Diputado por Salta
Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chibchas
Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, Diputado por la Ciudad de Jujuy y su territorio
Eduardo Pérez Bulnes, Diputado por Córdoba
Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza
Dr. Pedro Miguel Aráoz, Diputado por la Capital del Tucumán
Dr. Esteban Agustín Gazcón, Diputado por la Provincia de Buenos Aires
Pedro Francisco de Uriarte, Diputado por Santiago del Estero
Pedro León Gallo, Diputado de Santiago del Estero
Pedro Ignacio Rivera, Diputado de Mizque
Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas
Dr. José Severo Malabia, Diputado por Charcas
Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por La Rioja
Licenciado Gerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. José Colombres, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio Thames, Diputado por Tucumán
Fray Justo de Santa María de Oro, Diputado por San Juan
José Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. Juan Agustín Maza, Diputado por Mendoza
Tomás Manuel de Anchorena, Diputado de Buenos Aires
José Mariano Serrano, Diputado por Charcas, Secretario
Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires, Secretario.

Sobre la independencia argentina

"Internas" de la Independencia
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Por Felipe Pigna. Historiador. En Clarín 06/07/08

El debate sobre la "oportunidad" de proclamar nuestra independencia comenzó el mismo día 25 de mayo y fue uno de los motivos de agrias discusiones entre los morenistas y los saavedristas. Para los primeros había que apurar el paso y para los segundos había que obrar en permanente consulta con el Reino Unido, que por entonces era un sólido aliado de la resistencia española contra la invasión napoleónica. Los morenistas, tras la "misteriosa" muerte de su líder, conformaron la Sociedad Patriótica liderada por el tucumano Monteagudo, que no disimulaba su afán independentista cuando escribía en "Mártir o Libre": "Sería un insulto a la dignidad del pueblo americano, el probar que debemos ser independientes: este es un principio sancionado por la naturaleza"(1)

Esta lógica revolucionaria, compartida por el recién llegado José de San Martín entre muchos, chocaba contra el "realismo político" del secretario del Primer Triunvirato, Bernardino Rivadavia, que acababa de retar a Manuel Belgrano porque había tenido la osadía de crear una bandera y construir en Rosario dos baterías a las que llamó nada menos que "Libertad" e "Independencia".

Tanto la Sociedad Patriótica como la Logia de Caballeros Racionales, que luego se llamará Lautaro, decidieron enfrentar a aquel Triunvirato que estaba poniendo un serio freno a la guerra de liberación y postergando sin fecha la reunión del Congreso Constituyente y la declaración de nuestra Independencia. La primera acción militar de San Martín en nuestras tierras fue participar activamente en el derrocamiento de aquel gobierno tripartito impulsando la asunción de un Segundo Triunvirato acorde a los ideas de la Sociedad Patriótica y la Logia que convocará inmediatamente al Congreso que pasará a la historia como la Asamblea del Año XIII. Se abolieron los títulos nobiliarios, los inhumanos métodos de trabajo aplicados a los habitantes originarios, y los instrumentos de tortura, se aprobaron los símbolos patrios y se declaró la libertad de los hijos de los esclavos nacidos a partir de entonces. Pero la Asamblea no concretó los objetivos para los que había sido convocada: la redacción de una Constitución republicana y la declaración de nuestra independencia.

Esto tuvo mucho que ver con la muñeca política del presidente de la misma, Carlos María de Alvear, digno representante de los sectores económicamente más poderosos de Buenos Aires, que retomando la línea rivadaviana, buscaban por todos los medios no enemistarse con Gran Bretaña y concentrar el poder en la ciudad-puerto de Buenos Aires.

En ese contexto se inscribe el rechazo de los diputados artiguistas que traían un plan de gobierno federal y republicano que implicaba un justo reparto de la riqueza entre las regiones y sectores sociales, el traslado de la capital y la nacionalización de las rentas aduaneras y portuarias de Buenos Aires. También en ese rumbo hay que leer el impulso por parte de Alvear de la creación de un poder ejecutivo unipersonal y centralizador, el Directorio, cargo en el que logró designar a su tío: Gervasio de Posadas, aprovechando como él mismo lo reconoce en sus memorias, la ausencia de San Martín.

Mientras tanto, en Europa, la definitiva derrota de Napoleón en Waterloo, el 18 de Junio de 1815, implicaba una vuelta al pasado, la "restauración" de un viejo orden decadente e injusto. Entre los reyes que volvían a sus tronos Fernando VII, aparecía como uno de los más reaccionarios. Reinstauró la Inquisición, anuló la Constitución liberal de 1812 y se dedicó rápidamente a recuperar las colonias americanas a sangre y fuego.

En América las cosas iban de mal en peor. En México, a fines de 1815, el fusilamiento del sacerdote revolucionario José María Morelos parecía poner punto final al levantamiento antiespañol. En Venezuela y Nueva Granada (Colombia) una expedición al mando del general Morillo derrotaba a los patriotas y Bolívar debió exiliarse en 1815 en la isla de Jamaica. En Chile, desde la derrota de Rancagua en 1814, los patriotas estaban dispersos y los realistas habían recuperado el poder amenazando con invadir las últimas provincias rebeldes, las del Río de la Plata, cruzando la cordillera.

Frente a este sombrío panorama se abrió una alternativa de hierro: entregarse o luchar hasta las últimas consecuencias. Alvear eligió la primera opción y envió una misión diplomática a cargo de Manuel José García con el fin de entrevistarse con el embajador británico en Río de Janeiro, Lord Strangford, a quien debía ofrecerle la entrega en protectorado de las Provincias Unidas al Reino Unido.

La carta de Alvear decía textualmente:"Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso.(...) Es necesario que se aprovechen los buenos momentos, que vengan tropas que impongan a los genios díscolos y un jefe plenamente autorizado que empiece a dar al país las forman que fueren del beneplácito del Rey"(2).

Del otro lado, muchos hombres y mujeres del pueblo, y junto a ellos, San Martín y Güemes, decididos a lanzarse a la guerra a muerte, o todo o nada, sabiendo que para 1816 a Fernando VII sólo le faltaba recuperar el territorio del ex virreinato del Río de la Plata, la única zona americana que resistía el avance de los españoles.

Caía sobre los revolucionarios de estas tierras la enorme responsabilidad de resistir y extender la revolución hasta expulsar definitivamente a los españoles. Alvear fue obligado a renunciar por la presión de ambos ejércitos; el de los Andes, liderado por San Martín y el del Norte por Álvarez Thomas, que terminará asumiendo el Directorio y convocando finalmente el Congreso General Constituyente de Tucumán, hasta donde llegarán las enérgicas palabras de San Martín dirigidas al diputado por Mendoza, Godoy Cruz: "¡Hasta cuando esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece a Usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte ¿Qué relaciones podremos emprender, cuando estamos a pupilo?. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas"(3).

En aquel contexto desfavorable, en aquel julio de 1816 en Tucumán, aquellos hombres de coraje, comenzaron a transitar el largo camino hacia la independencia.



(1) Bernardo de Monteagudo, "Mártir o Libre", domingo 29 de marzo de 1812

(2) Jorge III (1738-1820), rey de Gran Bretaña e Irlanda, en quien tan tiernamente se abandonaba el general Alvear, a poco de iniciar su reinado, sufrió un ataque de locura. Su hijo, quien más tarde asumiría como Jorge IV, actuó como regente hasta el 29 de enero de 1820 día en que su padre murió completamente loco en el palacio de Windsor.

(3) Carta de San Martín al diputado por Cuyo Godoy Cruz, BUSANICHE, José Luis, San Martín vivo, Buenos Aires, Nuevo Siglo, 1995.

1 de julio de 2008

Inteligencia y fe

Un grupo de investigadores europeos, que relacionaron el nivel intelectual de académicos con la religiosidad, apoyan la teoría de que las personas con cociente intelectual alto tienen menos creencias religiosas.
Expertos en el tema señalan, sin embargo, que las conclusiones del trabajo son "simplistas" porque además de la medida de la inteligencia se trata de un abordaje complejo, que requiere considerar factores socio-culturales.

El trabajo está firmado por Richard Lynn, profesor de psicología en la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte, en asociación con Helmuth Nyborg, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, y John Harvey, sin afiliación universitaria. Afirman que, en relación a la población en general, los académicos son menos religiosos o tienden a creer menos en Dios.
Lynn asegura que únicamente las personas sin inteligencia pueden creer en milagros y en que Dios responderá a sus plegarias .
Lynn ya despertó polémica en el pasado con investigaciones que relacionan a la inteligencia con la raza y el sexo. Dice haber probado que el cociente intelectual (CI) de los alemanes es el mayor de Europa. Y en 2005 causó revuelo con una investigación en la que atribuyó que los hombres son más inteligentes que las mujeres.
También hace unos días, un académico inglés, Bruce Charlton, publicó en la revista de educación Times Higher Education que los estudiantes ricos tienen un cociente intelectual más alto que los de clase baja.

Para la Iglesia, es un disparate. Según los pensadores religiosos, se vive, como en los tiempos del iluminismo, una nueva ola de racionalismo que desprecia lo religioso o lo considera una expresión cultural poco elaborada, más primitiva. Creen que hoy decir en ciertos ambientes que se es ateo constituye un signo de distinción intelectual. Enfrentar la razón con la fe no parece al comenzar el tercer milenio una señal de inteligencia. Más bien, supone un prejuicio que algunos se muestran dispuestos a explotar.

De hecho, la Fe Católica sostiene entre los 7 dones del Espíritu Santo:
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Sabiduría: le proporciona al hombre una especie de connaturalidad con las cosas de Dios, dándole un sentido de eternidad que le hace ver todas las cosas a través de Dios, como por instinto sobrenatural y divino.

Entendimiento: proporciona al alma fiel una penetración profundísima en los grandes misterios de la fe: la inhabitación trinitaria, el misterio redentor, nuestra incorporación a Cristo, el valor infinito de la misa, etc., haciéndoselos vivir con gran intensidad y perfección.

Ciencia: le enseña a juzgar rectamente de las cosas creadas, viendo en ellas una huella o vestigio de Dios, que pregona su hermosura y bondad inefables.
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Consejo: marca la orientación que las personas deben seguir en cada caso para entrar en los designios eternos de Dios sobre los hombres.


Por otra parte, el psicólogo estadounidense Howard Gardner sostiene que todos los humanos poseen ocho inteligencias en mayor o menor medida. Según Gardner, todos somos inteligentes de diferentes maneras y en forma conjunta.

1) Lingüística: Es la capacidad para emplear palabras eficazmente, tanto en forma oral como escrita. Es la inteligencia que tienen los escritores, poetas y buenos redactores.
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2) Lógico-matemática: Es la habilidad para calcular, manejar las abstracciones y la lógica. La tienen los científicos.

3) Espacial: Es la que tienen los marineros, pilotos e ingenieros, entre otros, que permite pensar en tres dimensiones y percibir imágenes internas y externas, recrearlas, transformarlas y modificarlas, recorrer el espacio o ubicar objetos, producir y decodificar información gráfica.

4) Corporal-kinestésica: Permite manipular objetos y expresarse a través del movimiento corporal, el tacto y las habilidades físicas: deportistas, artesanos y bailarines.

5) Musical: Permite desenvolverse adecuadamente a cantantes, compositores, músicos y bailarines. Perciben, distinguen, transforman e interpretan formas musicales.

6) Interpersonal: Contempla la capacidad de comprender a los demás e interactuar con ellos: vendedores, políticos, profesores o terapeutas.

7) Intrapersonal: Es la capacidad de percibirse a uno mismo. No está asociada a una actividad concreta.

8) Naturalista. Habilidad de discriminar entre los distintos seres vivos e interactuar con el mundo natural. Es la inteligencia que demuestran los biólogos.