21 de septiembre de 2009

Dos buques abren una nueva ruta entre Europa y Asia por el Ártico

El Ártico está cada vez más transitado. Conforme el hielo se retira en verano -atribuido al calentamiento global- empresarios y gobiernos miran al norte. Esta vez ha sido un armador alemán el que ha utilizado el hasta ahora intransitable paso del Noreste -la ruta que une Asia y Europa a través de Siberia- para llevar en dos de sus buques material para una central de gas que Rusia construye allí. Los cargueros iban escoltados por dos rompehielos aunque los propietarios afirman que su presencia no hubiera hecho falta, que sólo un día encontraron hielo en el 40% de la superficie.

Roald Amundsen (1872 - 1928), nacido en Borge (Noruega), fue uno de los más importantes hombres en la historia de la expediciones polares y en la conquista de los hielos. Fue el primero que consiguió alcanzar el 14 de diciembre de 1911 el Polo Sur y el primero en volar sobre el Polo Norte en un dirigible.
A los veinticinco años ya comandó como primer oficial una expedición a la Antártida. Sin embargo, su primer objetivo estaba centrado en alcanzar el Polo Norte, logro que tuvo que abandonar una vez que se le anticipó el norteamericano Peary. Comienza entonces una encarnizada pugna por ver quien alcanzaba antes el Polo Sur con el británico Robert Falcon Scott, que moriría con toda su gente en el viaje de regreso y al que se adelantaría en treinta y cinco días en conseguir esta proeza.
En el verano de 1918 partió de nuevo hacia el Ártico con el propósito de navegar cruzando el Polo Norte buscando una vía entre Asia y Norteamérica, pero falló a causa de que el buque fue incapaz de penetrar en la masa helada. Dos años después, sin embargo, consigue conectar el Atlántico con el Pacífico a lo largo del Paso del Noreste por las costas de Siberia.A finales de 1926 logra volar y atravesar junto con Umberto Nobile el Polo Norte en el dirigible Norge. Dos años más tarde muere cuando iba a rescatar a su amigo Nobile que había caído en el Ártico. Nunca se encontró su cuerpo.

Su misteriosa desaparición, hace 81 años, nunca fue esclarecida. Una nueva misión regresó sin éxito hace pocos días luego de otro intento por recuperar su cuerpo, que estaría en algún lugar del archipiélago nórdico de Svalbard. En esta suerte de operación militar, dos buques cedidos por la marina noruega con tecnología de avanzada, recorrieron una zona de 36 millas náuticas, para dar con el hidroavión Latham 47, que en 1928 transportaba a Amundsen y otros cinco tripulantes. No es la primera vez que intentan rescatar a este héroe noruego. Pero desde el 18 de junio de 1928, fecha en que desapareció, sólo se localizó un flotador y el tanque de combustible de la aeronave.

Más que nunca por estas fechas vale la pena recordar la hazaña del navegante vasco español Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que dio la vuelta completa al mundo. Nacido en Guetaria, Guipúzcoa, marinero, se dedicó también al contrabando marítimo entre los puertos de la costa vasca antes de participar en varias campañas en Argel e Italia.

Después de tener algunos problemas con la justicia, decide enrolarse como tripulante en la expedición con la que Magallanes pretendía llegar hasta las Indias Orientales. Así, sale de San Lúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519 con el cargo de capitán de la nave "Concepción".

Durante la travesía, Elcano tuvo que soportar numerosos riesgos y vicisitudes (temporales, enfermedades), además de varios intentos de motines y sublevaciones. Poco después de llegar a las islas Filipinas, Magallanes resultó muerto a consecuencia de un enfrentamiento con tribus locales en la pequeña isla de Mactán. Para entonces, de los cinco barcos que habían partido, solo quedan dos, y de los 265 hombres iniciales tan sólo 150. Elcanó toma el mando de la nao "Victoria" y se hizo responsable máximo de la expedición, no sin tener que superar fuertes enfrentamientos con otros aspirantes al cargo. El camino de vuelta fue un auténtico suplicio. Ataques, enfrentamientos, enfermedades, temporales, fueron diezmando poco a poco a la tripulación, hasta tal punto que para cuando llegaran a San Lúcar de Barrameda, casi tres años después, tan sólo quedaban 18 hombres en unas condiciones lamentables de subsistencia. A su vuelta fue recibido como un auténtico héroe y el emperador Carlos V le concedió una pensión de quinientos ducados y el permiso para inscribir sobre su escudo de armas la leyenda "primus circumdetisti me".Pero no fue este el último viaje de Juan Sebastián Elcano. Unos pocos años después, en 1525, de nuevo, salió hacia las islas Molucas. Allí encontraría la muerte por escorbuto y su cuerpo sería arrojado a las aguas del mar que tanto amó.